Enviado por luishernando a través de Google Reader:
Inquietante, el tema del que voy a hablaros hoy. La noticia, en RWW es que Laconica, la alternativa open source más popular a twitter, anunciaba ayer que pronto empezará a comercializar suscripciones a servicios de microblogging para empresas. Será un servicio de pago, alojado en status.net y personalizado en cuanto a imagen corporativa, que, de entrada, llevará su extensión.
Es previsible que tenga éxito en empresas grandes, dadas sus necesidades de tener servicios de microblogging de este tipo. Evitarán así que sus profesionales buscan en otras redes consejo para compartir prácticas, sugerencias, problemas, etc…
Se espera que soluciones libres o alojadas en la nube de sistemas de microblogging supongan amplias bases de datos de conocimiento corporativo, más si se llevan a cabo a través de software Open source.
Recordemos los estudios que hablan de que, para las generaciones que tendrán, en poco tiempo, edad para trabajar, son preferibles los sistemas de comunicación vía redes sociales que el mail tradicional. La empresa que quiera aprovechar al máximo su potencial y evitar que el conocimiento se distribuya a comunidades externas, estará en desventaja.
Quería dejaros la noticia, pero en mayor medida, las reflexiones de Kirkpatrick que me han dado mucho que pensar sobre el tema: Plantea algunos escenarios, posibilidades de uso de las redes privadas de microblogging en empresas. Recordemos antes Mailana, un servicio que nos permite ver, en forma de red (grafo social), nuestros contactos en twitter:
Imaginemos la aplicación de este tipo de registros (minería de datos) en redes privadas, en las que las compañías puedan hacer cosas como:
-Organizar equipos de trabajo: Recibir notificaciones privadas cuando un empleado empiece a conversar con otro trabajador con mayor frecuencia que antes. Quizás sea un buen indicador de que deben estar en el mismo equipo.
-Controlar si el personal conversa poder detectar personas que no lo estén haciendo (ejemplo: equipo de ventas con el equipo técnico)
-Análisis en comunidades de usuarios (clientes): Los Community managers (managers de comunidades) podrían identificar en estas a los usuarios más o menos implicados en la conversación, analizar grupos según características en perfiles que puedan estar influyendo en mayor demanda de servicios a los servicios de atención al cliente, aumentar la usabilidad de sus productos y realizar los más diversos estudios de mercado.
-Compartir enlaces, ideas, conocimiento: Cosas como Twitter son demasiado públicas y masivas para el entorno corporativo, dejan demasiado poco margen al análisis de datos. Parte del futuro del microblogging está en la formación de grupos temáticos o institucionales más pequeños (redes verticales).
En cuanto a gestión del conocimiento, no suena mal, pero coincidiréis conmigo en que el segundo punto y algún matiz del resto dibujan un posible escenario aterrador y bastante lejano al punto de vista del nuevo management, más horizontal, transparente y democrático que pretendemos.
La tecnología nos influye en diversas formas. Y no es neutral, como estoy leyendo estos días en una obra de culto para psicólogos apasionados de las nuevas tecnologías ("Tecnología Persuasiva" de BJ Fogg).
Como vemos en este caso, podemos hacer cosas fantásticas o terroríficas con la misma. En épocas de crisis, cuando el hecho de tener o mantener un puesto de trabajo puede estar aumentando su valor social, mecanismos de control tan precisos de control y modificación de nuestra sociabilidad, de nuestras relaciones, pueden ser bastante peligrosos.
¿Qué pasa si, por timidez o decisión propia no queremos o podemos beneficiaríamos del carácter indirecto de la comunicación online? ¿Qué pasa si, directamente, en la cultura de la celebridad, de la conectividad, no queremos ser visibles?
Es popular quien influye, quien es seguido, quien persuade. Combatimos el fenómeno de la no participación (lurking), cuando los medios en papel han estado potenciando durante años ese tipo de actitud hacia la cultura, el conocimiento. Parece que la reflexión, elaboración y devolución ( o no) de conocimiento quiere ser limitada a jardines vallados y no termina de verse como algo positivo si se produce en comunidades de interés fuera de la institución o empresa. ¿Eso no era también conocimiento libre?
¿Estamos abriendo puertas a nuevas formas de exclusión social?
Desde luego, la soledad, la reflexión, incluso cosas como la privacidad o el anonimato, no están de moda cuando lo que importa es el impacto más cuantitativo que cualitativo que puedes llegar a generar. Se habla incluso de que un incremento cuantitativo en las relaciones superficiales que establecemos en redes sociales puede ser más rentable, en términos de persuasión, que pocos e íntimos contactos.
En fin, divago ya. Finalizar esta reflexión con un fragmento sintetizado y resumido de El fin de la soledad, uno de los mejores artículos que creo haber leído, traducido y reelaborado:
La soledad no es demasiado cortés. Thoreau sabía de la habilidad de mirar parar y mirar la vida de forma desapasionada, haciéndonos algo incómodos para nuestros iguales, con la ofensa implícita de evitar su compañía. Su genialidad requería a veces que no hablase con nadie. Nosotros, sin embargo, hemos hecho de la sonrisa fácil, el interés fingido, la falsa invitación, virtudes cardinales. Gregarismo más que amistad. Aquellos que encuentren la soledad no deberían tener miedo de estar solos.
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